
Una cocina pequeña es un serio desafío para cualquier anfitriona. Resulta incómodo cocinar en ella, no hay dónde guardar las cosas, es difícil darse la vuelta y puede olvidarse de las reuniones amistosas.
Sin embargo, la experta de la edición de la red «WannaW», la diseñadora Juliana Tychino conoce los secretos que ayudarán incluso en la cocina de cuatro metros cuadrados a crear un ambiente acogedor y confortable.
La experta compartirá hoy con ustedes uno de ellos.
El poder del color
Antes de empezar a decorar la «habitación de la comida», hay que decidir el estilo en que se hará la cocina, así como la paleta de colores de la estancia.
Esto debe hacerse teniendo en cuenta el tamaño de la habitación.
El objetivo principal, por supuesto, es eliminar la sensación de estrechez y limitación asociada al pequeño tamaño de la habitación.
Esto puede conseguirse utilizando colores claros que llenen la cocina de aire y aumenten visualmente su tamaño. Los colores recomendados son el leche, el beige claro, el marfil y los tonos pastel.
La principal ventaja de estos colores es su armoniosa combinación con materiales naturales (piedra, madera) y colores vivos (rojo, verde, azul, amarillo y otros).
Si le gustan los colores oscuros, utilícelos sólo como acentos. Por supuesto, puede utilizarlos en la decoración de paredes o suelos, pero en este caso no se conseguirá el efecto de ampliar el espacio.
Y, por último, procura no utilizar combinaciones contrastadas, como la de rojo y negro, que, aunque resulta atractiva, convierte al instante una habitación ya de por sí pequeña en un antro diminuto.