Los expertos están convencidos: tocar los juguetes de un niño sin permiso no está permitido ni siquiera a sus padres.
Los niños deben saber que tienen pertenencias personales. No se trata solo de juguetes, sino también de otras «propiedades»: pueden ser libros de texto, aparatos electrónicos, ropa, etc.
Las redes sociales, los documentos y las contraseñas también pueden entrar en esta categoría.
Si alguien intenta quitárselos sin permiso, se considera una violación de los límites personales.
Por lo tanto, la tarea de cualquier padre o madre, en primer lugar, es observar esta regla, y en segundo lugar, explicar al hijo o hija que puede compartir sus cosas, pero sólo voluntariamente.
Sólo se puede coger un objeto con el permiso de su propietario. El propietario también puede responder a la petición con un «no», y no pasa nada: el niño no se convierte en una mala persona tras la negativa.
Aunque un niño tenga 25 juguetes o saltadores, no significa que deba dárselos a otros niños.
La misma regla se aplica a otras personas. En realidad, las actitudes son las más sencillas, y son las siguientes: «No me acerco innecesariamente, no cojo las cosas de los demás, no humillo ni hago sentir culpable a la otra persona, no critico la apariencia ni la inteligencia».
