Recopilación de 7 formas de organizar el autorriego de las plantas de interior: de sencillas a intrincadas.
Cualquier viaje no sólo es divertido, sino también emocionante. Por ejemplo, tienes que averiguar cómo regar tus flores de interior mientras estás fuera. Por supuesto, puede pedírselo a amigos o vecinos, pero no siempre es posible.
Reducir la evaporación de la humedad
Las plantas sin pretensiones pueden prescindir por completo del riego, sobre todo si sólo te vas un par de semanas. Sin embargo, es importante prepararlas adecuadamente para un periodo de sequía. Si alimentas regularmente tus flores con abono, deja de hacerlo un par de semanas antes de las vacaciones: así ralentizarás su metabolismo y reducirás la cantidad de agua que necesitan.
Justo antes de irte, corta las flores y los capullos sin abrir, si los hay. De todos modos, no te harán feliz durante tu ausencia, pero extraerán humedad adicional de la planta. Traslada la planta a la sombra, a un par de metros de la ventana. La segunda opción es cubrir las ventanas con cortinas o papel. No necesitas oscuridad total. El objetivo es eliminar la luz solar directa, que contribuye a la evaporación del agua y seca la tierra. Además, puedes cubrir el suelo de las macetas con serrín o arcilla expandida.
Riega las flores abundantemente antes de dejarlas. De esta forma, sobrevivirán fácilmente sin agua durante quince días.
Organiza mini invernaderos a partir de bolsas
Riega abundantemente las plantas y envuélvelas en bolsas transparentes sin arrugar las hojas. Para las pequeñas flores de interior, bastan las bolsas de embalaje normales, pero para las plantas más grandes puedes utilizar bolsas de basura. El resultado es un pequeño invernadero en el que la humedad evaporada se acumulará en las paredes de la bolsa y drenará de nuevo al suelo.
Es importante que las flores envueltas estén a la sombra. A la luz directa del sol, las plantas pueden sobrecalentarse y marchitarse.
Cubrir el suelo con bolas de hidrogel
Las bolas de hidrogel están hechas de un material artificial que absorbe bien la humedad. Cuando se hinchan con agua, los gránulos parecen gelatina. Si viertes tales bolas sobre la superficie de la maceta con una flor, matarán dos pájaros de un tiro. En primer lugar, cubrirán la tierra e impedirán que se evapore la humedad. Y en segundo lugar, irán dando humedad y regando la flor.
Algunos aficionados a las plantas de interior añaden algunas bolas de hidrogel a la tierra cuando plantan la flor. Esto ayuda a mantener la humedad adecuada con riegos poco frecuentes. Sin embargo, hay que asegurarse de que las bolas en el suelo no era más del 10-15% (para una maceta de dos litros – unos 200 gramos de bolas hinchadas). Si se excede, el suelo se convertirá en insuficientemente nutritiva para las plantas.
Prepare los frascos de autorriego
Este es el sistema de autorriego más sencillo que puedes comprar en una tienda o fabricar tú mismo. Se trata básicamente de un recipiente con un cuello estrecho que se llena de agua y se introduce en la tierra. El agua sale gradualmente y humedece la tierra.
Este sistema de riego automático para plantas de interior puede fabricarse de forma independiente, a partir de una botella de plástico. Hay que perforar la tapa con una aguja en varios sitios, llenar la botella de agua, cerrarla y clavarla en el suelo con el cuello hacia abajo.
También puedes comprar una boquilla especial en la botella con un grifo, que regula el volumen de humedad entrante. También hay frascos de plástico para el autorriego, que tienen una forma más parecida a la de las pipetas.
Sea cual sea el sistema de riego automático que elijas, pruébalo de antemano. Así te asegurarás de que el agua fluye uniformemente y a la velocidad adecuada. No coloques los frascos demasiado cerca de las raíces para evitar que se pudran.
Haz un sistema de autorriego con cuerdas
Para ello necesitas un gran depósito de agua, cuerdas gruesas de algodón y conocimientos de física de la escuela. Llena de agua un cubo, un barreño o un recipiente de plástico de cinco litros. A continuación, sumerge un extremo de la cuerda o un trozo largo de tela en el agua. El otro extremo debe introducirse en una maceta con una planta y cubrirla ligeramente con tierra.
Ahora la parte principal del truco: coloca el recipiente con agua de forma que quede por encima de las macetas con flores. Por ejemplo, puedes colocar el cubo sobre un taburete y colocar las plantas en el suelo alrededor de esta estructura. Según la ley de los vasos comunicantes, el agua fluirá por la cuerda húmeda y humedecerá poco a poco el suelo.
Trasplanta tus flores a una maceta autofloreciente
Esta es una buena opción para quienes viajan con regularidad y dejan sus plantas de interior desatendidas. Una maceta autofloreciente es una maceta de doble fondo. En el lateral hay un depósito especial con suministro de agua. El agua fluye gradualmente hacia el fondo de la maceta y riega la planta. Las macetas autoflorecientes vienen en diferentes tamaños, para que puedas encontrar el tamaño adecuado para cada planta.
Compra un artilugio especial para el riego automático
Básicamente, se trata de una pequeña bomba con temporizador que funciona con la red eléctrica o con pilas. Hay que instalarla en un recipiente con agua. A continuación, conecta tubos especiales para riego automático y colócalos en macetas con plantas de interior. La bomba regará sus flores por sí sola según el horario que usted establezca. Una unidad es suficiente para organizar la autofloración de 15 plantas de interior.