
Hay platos que tienen un sabor excelente, pero a pesar de ello, los cocinamos muy pocas veces.
La razón es que después de ellos puede resultar muy difícil lavar la vajilla hasta dejarla en perfecto estado.
Pilaf, patatas fritas, chuletas con sus salpicaduras grasientas… A veces hay que pensárselo varias veces antes de complacer a los tuyos con platos así.
¡Deja de negarte el placer de degustar tu plato favorito! El vinagre puede ayudar con las manchas a las que los detergentes normales no pueden hacer frente.
Añade dos cucharadas de vinagre a tu detergente lavavajillas y limpia ollas y sartenes. El vinagre disolverá la grasa y la vajilla quedará limpia.
Las manchas de verduras, bayas y frutas que parecen incrustadas en la tabla de cortar pueden eliminarse con zumo de limón.
Corte el cítrico por la mitad y frote la punta cortada sobre la superficie que necesita limpieza. Después de unos 15 minutos, enjuaga los utensilios de cocina con agua corriente. No olvides secarlos con un paño antes de guardarlos en el armario de la cocina.
Las amas de casa experimentadas saben que las bolsitas de té pueden ser útiles no sólo para preparar una bebida sabrosa. Las utilizan para eliminar eficazmente la grasa y los restos de comida seca de los platos.
Para limpiar los platos de suciedad, ponlos en un cuenco con agua caliente y añade unas cuantas bolsitas de té usadas. Deja los platos en remojo durante unas horas y luego procede a lavarlos. Te sorprenderá lo fácil y rápido que se eliminarán todas las manchas.